Parece que Japón revive

Artículo Localeando, 25 de Julio de 2013
Jaime Villasana Dávila

Tokio.- En Septiembre del año pasado, durante nuestra pasada visita a este país, escribí en esta misma columna que Japón estaba cansado. Señalé como la pesadumbre del conformismo social, la falta de liderazgo político y la indefinición empresarial japonesa se respiraba por las calles.   
A Shinzo Abe le fue facil ganar. Lo complicado
es aplicar sus reformas, que son necesarias. 
  
En esos meses Japón pasaba por momentos complicados, acumulados desde que estalló su crisis interna (inicios de 90s) y engrandecidos desde 2006 cuando su entonces muy popular y efectivo Primer Ministro (PM), Junichiro Koizumi, renunció a su cargo pues simplemente no quería saber más del mismo. El terremoto de 2011 fue la cereza del pastel.

El sucesor de Koizumi, Shinzo Abe, fue un desastre y tan sólo duró como PM de sept. 2006 a sept. 2007. Luego vinieron un PM por año. Japón era el hazme reir en la diplomacia internacional con su constantes cambios de liderazgos hasta que en diciembre de 2012 sorpresivamente Abe, del Partido Liberal Democratico (derecha), volvió a ganar el cargo.

Abe, cuyo abuelo fue PM durante la II Guerra Mundial, aprendió la lección de su primer mandato y tan pronto tomó protesta lanzó agresivas políticas económicas para hacer que la economía japonesa reviviera. Al momento han funcionado. A esto los expertos le llaman Abenomics.

Pues bien, cuando Abe ganó en diciembre pasado también ganó su partido la Cámara Baja y el domingo pasado ganó la Cámara Alta. En ambas elecciones aplastaron al Partido Demócrata Japonés (izquierda) y al que le espera una dolorosa renovación que no le será fácil, debido en buena medida al penoso manejo de la crisis nuclear de Fukushima pues en ese entonces gobernaba.
  
Con el dominio del Poder Legislativo Abe no sólo quiere profundizar sus politicas económicas (las aplicadas no son suficientes) sino que además quiere modificar la Constitución para que Japón abandone su perfil pacifista. Con ello pueden tener un verdadero Ejército capaz de realizar ataques y no sólo defenderse. Esto incomoda a China y Corea del Sur.

También quiere, entre otras cosas: a) llevar una profunda desregulación para incentivar la inversión local y extranjera, b) sumar a Japón al Acuerdo de Asociación Transpacífico (México es parte) y c) reactivar las plantas nucleares, suspendidas desde el desastre de Fukushima.

Ninguna de estas reformas serán fáciles de concretar. Unas afectan directamente a las bases de su partido y otras al público en general o sectores específicos. Al igual que a México con sus diversas reformas, las iniciativas de Abe son necesarias realizar (con excepción de la reforma constitucional) para que Japón vuelva a crecer.
  

Por lo pronto se siente un ambiente positivo, paso importante. Veremos si Abe, al igual que Peña Nieto, puede ser capaz de lograrlo. 

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